domingo, 4 de octubre de 2009

Mi criterio de "Farabeuf" de Salvador Elizondo.

Técnicamente, esta entrada es solamente para mostrar un trabajo de la facultad, que en lo personal se me hizo muy característico; ya que, estudiamos a un escritor mexicano, nada más y nada menos que Salvador Elizondo, que dentro de su obra tiene la novela FARABEUF o crónica de un instante. Este titulo no es mas que una gran pieza para los amantes de temas que caben dentro del erotismo y las culturas orientales, pasando por temas muy poco frecuentados.

Para mi trabajo, anuncio que el tema principal que tomé, fue la relación de las dualidades encontradas dentro del texto, ubicando ciertos parámetros religiosos, mitológicos e ideográficos, reiterando varias culturas alrededor del mundo, pero específicamente la cultura China (a la que hace referencia el autor tratado). Recordare que para este trabajo me basé en algunos textos (lógicamente tratando de integrar el tema a tratar de la novela), retomando algunos comentarios de críticos y reflexiones que hacen alusivo al tema de las dualidades, mi ensayo como tal tiene la bibliografía consultada, así que; no creo haya problema que puedan incitar un poco si les llama la atención esta obra:



ELEMENTOS DE LA DUALIDAD, REPRESENTACIÓN Y RELACIÓN ICONOGRÁFICA EN FARABEUF.



Dentro de la novela, pretenderé demostrar la textualidad utilizada y sus vínculos, a partir de la técnica iconográfica que en Farabeuf se hace presente; a partir de la fusión de dos imágenes que producen un tercero. Esta relación de dos objetos que se presentan en el texto, sobre las dualidades de un “todo / nada”, “positivo / negativo”, etc.; donde se complementan uno con otro; crean de entre ellos, un posible tercer elemento. Mi meta es llevar al máximo, la representación de cada uno de estos elementos; y que a su vez, tendrán una relación muy intima entre los mismos objetos.Para este trabajo solo se tomarán en cuenta los elementos que; tanto por limitación del mismo trabajo y, por consecuencia, de mi punto de vista, son los mas destacados para introducir en el tema a tratar, al final de este trabajo remarcare una tabla anexa que simplificara todo lo descrito en el contenido.Se reconoce en primera instancia, dentro del contexto; la dualidad entre el hombre y la mujer, que en ellos llevan de la mano una relación al parecer muy cercana; sin embargo, estos “amantes” no se ubican dentro de si mismos, cuestionándose a ellos mismos por su propia identidad (mas concretamente, la mujer).

Este apartado puede ser por la maniobra que el mismo Elizondo se promovió para que el lector pudiera ser participe dentro del texto, no ser un lector pasivo y que compenetre en el mismo para obtener una identidad dentro del mismo plano, por tanto la dualidad se tendría representada así:
mujer – identidad – hombre
Para esta identidad (que la mujer trata), se toma encaminado el segundo trazo de la dicotomía, en que hemos de recordar la palabra ¿Recuerdas?..., de la cual comienza esta novela y la dualidad; el recuerdo conlleva al ejercicio de la memoria, de la mente. Este mismo “recuerdo” siempre se va acompañado de su contraparte “más tenaz”, el olvido, olvido del que quiere hacer participe el acto de no querer retornar a la misma memoria, de un trance de tipo marginal a su entorno, y a su propia vida, en el cual se crea es instante perpetuo:


memoria – instante – olvido

En este instante, podemos reflejar un asunto muy particular, que es el de la perpetuidad, el deseo que encarna poder estar en un instante eternamente “[…] Si es que somos la imagen en un espejo, ¿podemos cobrar vida matándonos? […]”[1], este tema de la eternidad se puede congregar dentro de un acto que, para mi, puede estar suscitándose, a la continuidad de un ciclo infinito, o la representación de ouroboros. Dada la situación, se concibe que el instante quiera ser tomado en ese ciclo infinito.


Hay que tomar en cuenta esta pictografía como referencia, ya que podemos tomar muestra de otros atributos destacables: La serpiente siendo lo más notable de la imagen, tiene como representación la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, que nunca desaparecen sino que cambian de forma perpetua en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación, simboliza el tiempo y la continuidad de la vida; del mismo símbolo se muestra a dicha serpiente con una mitad clara y otra oscura haciendo recordar la dicotomía de otros símbolos similares como el yin y yang.

Esto, dentro de mi propia investigación, localicé que era también asociado a la alquimia; en esta ciencia en la que este símbolo representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno y otros conceptos percibidos como ciclos que comienzan de nuevo en cuanto concluyen:

"Para obtener algo, hay que dar algo de igual valor"


Véase la similitud con el equilibrio de la materia y energía, un concepto que aun perdura. El ouroboros simboliza la naturaleza circular de la obra del alquimista que une los opuestos: lo consciente y lo inconsciente. Siendo igualmente un símbolo de purificación, que representa los ciclos eternos de vida y muerte.[2] En la alquimia simboliza también la reunión de los contrarios, puesto que se forma superponiendo los signos de los elementos fuego - agua y aire – tierra (como nota sin referencia, esta analogía se puede admirar dentro de la bandera de Corea del Sur, utilizando los trigramas de sus respectivos opuestos que se han comentado un momento atrás). Dentro del símbolo del “ciclo perpetuo”, ubicamos también elementos duales, que tratan también en la novela: hombre – mujer, sol – luna y por supuesto, el encrucijada de una estrella de seis puntas, o hexagrama.

En estos elementos, el hexagrama puede ser relacionado con una dualidad muy concreta en el texto; el destino, que se concibe en el movimiento de dos métodos adivinatorios: el I Ching y la Ouija. En esta relación de la dualidad en la novela, utilizado principalmente en el I Ching, la estrella de seis puntas representa un objeto de equilibrio, conocido también como “hexagrama”. No mencionado en la novela, sin embargo hay que denotar su similitud con los hexagramas utilizados en el I Ching, que se complementan a partir de dos trigramas; observando también en la intervención del mismo ouroboros con una estrella de seis puntas, que seria al mismo tiempo, los dos triángulos (trigramas) que se cruzan, representan los dos mundos (energía positiva y energía negativa) regidos por el mismo equilibrio entre ellos, que conlleva a la similitud del yin – yang. Se considera el hexagrama como un símbolo del conocimiento, conocimiento que tal vez se puede adquirir o no, ya que el I Ching es un método “adivinatorio”. Dentro del mismo hexagrama se encuentra, una flor de loto, que a continuación haré la comparativa.


Este “destino” que ciertamente es muy impredecible, toma un padrón que yo mismo modifique. El destino, junto con el tiempo (el instante perpetuo) conllevan a una dualidad que, a mi parecer; llega a tener un lugar muy enfatizado, este acto lo pondré como viaje astral.

Tomaremos como plano astral una situación donde se lleva a cabo dentro de una cuarta dimensión, una dimensión que puede pasar tanto el tiempo y el espacio: “[…] La proyección astral tiene lugar fuera del cuerpo físico. Nuestra "conciencia" (alma, cuerpo astral) sale fuera de nuestro cuerpo en un cuerpo de energía sutil y según se va ganando experiencia nos podemos trasladar a otros niveles del plano astral, que es un plano paralelo al plano físico en el que nos encontramos normalmente. El Alma es el puente entre el espíritu y el cuerpo. La búsqueda del hombre consiste en conectar con su Alma y reconstruirla para expresar directamente las cualidades del su Espíritu. […][3] De los niveles espirituales, solo tomaremos referencia al vínculo entre el cuerpo y el espíritu:

plano físico (cuerpo) – plano astral (emoción) – plano espiritual (espíritu)

Como se puede observar, estos niveles espirituales también se ligan con los “chakras”, ó niveles de energía, ambos parten hacia un mismo objetivo “La recepción, acumulación, transformación y distribución del prana (una forma de energía invisible e inmensurable).” El plano astral bien lo podemos tomar como el plano emocional, que; dentro de los niveles de “chakra”, este se ubica en el corazón. Se dice que en el corazón se relacionan las emociones: compasión, amor, equilibrio y bienestar. Simbolizado por un loto (ubicado en el centro del ouroboros) de doce pétalos, estos pétalos en mi opinión representan una dualidad muy entrelazada con todo lo mencionado: por un lado representan los 12 signos zodiacales griegos, por otro, dentro del calendario chino, representan los 12 signos chinos ó el ciclo de los 12 animales sagrados. Este loto se identifica con el color verde, que significa la creación de un sentimiento de confort y relajación, de calma y paz interior, que nos hace sentir equilibrados interiormente; y en el centro de la misma, una estrella de 6 picos (identificado con el hexagrama del ouroboros, la alquimia y el I Ching).

Se ha hablado que entre los dos mundos, el espiritual y el físico, esta el mundo que une a estos, el mundo astral, por el cual las imágenes se forman y las almas experimentan sentimientos y deseos gracias a los cuales evolucionan, este es el plano astral donde lo animico y emocional se manifiesta, pero también se relaciona dentro de la religión, un mundo divino y un mundo infernal.

La siguiente dualidad se relaciona con dos tratos fundamentales: el complemento de mundos y el papel que toma la situación del supliciado. Dentro de los ideogramas chinos, tenemos el caso de las palabras “paraíso” (tomemos esta palabra para diferenciar el “cielo” que se utilizará para el supliciado) 天堂 tiān táng, e “infierno” 地狱 dì yù, estos son mundos que como bien es sabido, dentro de la religión se toma como fuerzas del bien y el mal; respectivamente, pero si existe otra palabra que unifica ambas ideas, realizando una yuxtaposición muy adecuada a nuestro tema, 天地 tiān dì (ideograma paraíso – infierno) que, uniéndolos en lenguaje escrito, significa universo “la perpetuidad de un espacio”[4]

paraíso 天堂 – universo 天地 – infierno 地狱

Sin embargo, para la otra situación, el ideograma de “infierno”, también representa “tierra”, lo cual tendría 天地 (cielo – tierra); que representa situación, situación en la cual se ha puesto el supliciado para enmendar la perdida del Rey. Sobre este ultimo existe el ideograma 王 oh, que significa “la persona que unifica el cielo con tierra”, el supliciado toma la posición tanto del rey (para su sufrimiento incansable) como la del príncipe muerto (su curación hará un descanso en el alma del príncipe), haciendo este equilibrio dentro el cielo y la tierra. Este símbolo puede representar las dos naturalezas humanas: materia y espíritu, que están entrelazadas:

cielo 天 – 天地 situación / 王 supliciado – tierra 地

A mi punto de vista, creo este ideograma 王 puede tener mas relación que el propio numero seis 六 Liú; mas que por la forma estética, la representación que da como la unificación de la que tanto hemos hablado; sin embargo, también la idea del seis soporta un significado mas que el de la relación con la posición del supliciado y la estrella de mar.

De hecho, tomemos la estrella de mar, como siguiente punto de partida. La estrella de mar representa más que una sensación, un objeto que representa una energía, tal como el hexagrama. Este “Pentagrama” representa tanto al hombre, como la energía negativa[5], utilizado también en la tabla Ouija, dentro de la novela, cuando la estrella de mar es arrojada; encima de la simple sensación táctil, puede referir a dos connotaciones: representado una estrella directa; el recordar su estado como mortal al paso de ese mundo y que, quiere tener su instante perpetuo (o simplemente el recuerdo de un “supliciado” que se ofrece al sacrificio); ó, representado una estrella invertida; desprecio de la estrella como símbolo negativo; recordemos que este pasaje es una visión, que puede ser dado dentro del viaje astral que se propone, y del cual se hallan energías tanto positivas como negativas, también podemos mencionar que los hexagramas, y los pentagramas no son mas que simples estrellas, que representan la comunicación entre distintos mundos [6], mundos que claramente se van abriendo paso entre la vida y la muerte.

De acuerdo a los símbolos duales, también encuentro uno dentro de los números que utiliza Elizondo en estos actos, ya que indiscutiblemente, también tienen su relación junto con los demás elementos que se han explicado. Se dice que en las tradiciones antiguas, veían los números como los principios esenciales de las cosas. Consideraban que el origen del número no era humano, sino que había sido revelado al hombre por la divinidad, para que sirviera como medio de conocimiento de las más altas verdades y como vehículo de síntesis y unión entre el Cielo y la Tierra (relación muy concreta para este nivel de investigación) y entre los distintos órdenes de la existencia. Los pitagóricos, por ejemplo, establecieron las relaciones precisas entre la matemática, la geometría, la música y la astrología (todas ciencias numéricas) demostrando de esta manera la armonía del universo (equilibrio de mundos) y la analogía del macrocosmos y el microcosmos.[7]

Se destaco que dentro de la novela, se encuentra la relación entre el numero tres, seis y nueve; el número tres, básicamente es el numero base (el principio) de seis y nueve, su múltiplo, de este numero se conforman la cantidad de monedas que se usan en el I Ching, que desarrollan los trigramas y que a su vez crean los hexagramas (numero seis), se encuentra sobre la placa del hotel en el que entra Farabeuf, también indicando los lugares en los cuales se interrelacionan la novela: la playa, el hotel y la plaza china.

El numero seis, representa en muchas ocasiones, el número de la muerte, que se relaciona a oscuridad o sombra, de aquí se toma referencia a dos objetos importantes: la ropa de Farabeuf y la llegada de la noche, en número seis también se encuentra en los hexagramas, tanto del I Ching, como del plano astral. El numero nueve, representa la calma, el nacimientote un nuevo ser, que se ha relacionado con la luz, el color blanco, que se encuentra dentro del hotel, en el uniforme de la enfermera y en la puerta del cuarto ó, representación de los 9 capítulos que conforman el libro.
De aquí, tenemos que también; en la unión de ambos números, el significado de 69 hace referencia a la representación numérica del yin – yang (equilibrio de energías), y también a un epígrafe del texto; “[…] La puerta se cerro. Pasaron algunos instantes; un minuto nueve segundos. De pronto se oyó ese grito, un grito, un grito que hizo caer la noche definitivamente y que despejó el cielo. […][8] la duración del acto carnal, el coito.

Por ultimo, se hace una relación de la lluvia representada en el hotel y el acto del suplicio (posiblemente la playa también, puesto por la estrella de mar se ubica fuera de su habitad), que da cabida al significado de una emoción turbia, incomprensible, se considera fuente de vida y el final de la misma, mediador de la vida y la muerte (relación con ouroboros). También existe una metáfora dentro de la plaza china que es un mar rojo, la lluvia que cae hace esparcir la sangre que brota del supliciado; así pues, según la alquimia, el mar rojo significa la parte peligrosa de la operación (operación de los cien cortes) o de una época de la vida (el olvido). Se conoce también como un umbral entre la vida y la muerte, o un sacrificio (del mismo supliciado).[9]

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Bibliografía

Bataille, Georges; 1979: El erotismo. Traducción de Antoni Vicens. Barcelona. Tusquets.

Burckhardt, Titus; 1994: Alquimia: significado e imagen del mundo. Traducción de Ana Ma. de la Fuente. Barcelona. México. Paidos.

Ceinos, Pedro; 1999: Manual de escritura de los caracteres chinos. Madrid. Miraguano.

Diccionario de símbolos.
http://books.google.com.mx/books?id=3hblvoEBdG0C&pg=PA211&lpg=PA211&dq=simbolo+de+estrella+de+mar&source=bl&ots=gPIKTBiYBP&sig=zaznUOubgKuc-k8GV00m1VJ8z7k&hl=es&ei=iss-StXoKoKMtAOvgozgAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=6

Elizondo, Salvador; 1985: Farabeuf ó Crónica de un instante. México. Joaquín Mortiz. Sep, cultura,

Fernández Díaz, Maria del Carmen; 2006: Marguerite Yourcenar: erotismo, alquimia y otros saberes. Madrid. Devenir.

Kwon Tae, Joung; 1998: La presencia de I Ching en la obra de Octavio Paz, Salvador Elizondo y José Agustín. Guadalajara, Jalisco, Universidad de Guadalajara.

Nicholae, Athanasius; 2da edición, 2001: I Ching: el libro de los cambios. México, editores mexicanos unidos, s.a.
[1] Elizondo, Salvador; 1985: Farabeuf ó Crónica de un instante. México. Joaquín Mortiz. Sep, cultura.
[2] Fernández Díaz, Maria del Carmen; 2006: Marguerite Yourcenar: erotismo, alquimia y otros saberes. Madrid. Devenir.
[3] http://www.centrodeintegracion.cl/paginas/proyecto_h/conoc.html

[4] Ceinos, Pedro. “Manual de escritura de los caracteres chinos /Pedro Ceinos.” España, Madrid. Miraguano, 1999.

[5] Diccionario de símbolos:
http://books.google.com.mx/books?id=3hblvoEBdG0C&pg=PA211&lpg=PA211&dq=simbolo+de+estrella+de+mar&source=bl&ots=gPIKTBiYBP&sig=zaznUOubgKuc-k8GV00m1VJ8z7k&hl=es&ei=iss-StXoKoKMtAOvgozgAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=6
[6] Ibid.
[7] Diccionario de símbolos:
http://books.google.com.mx/books?id=3hblvoEBdG0C&pg=PA211&lpg=PA211&dq=simbolo+de+estrella+de+mar&source=bl&ots=gPIKTBiYBP&sig=zaznUOubgKuc-k8GV00m1VJ8z7k&hl=es&ei=iss-StXoKoKMtAOvgozgAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=6
[8] Elizondo, Salvador; 1985: Farabeuf ó Crónica de un instante. México. Joaquín Mortiz. Sep, cultura.
[9] Diccionario de símbolos: Ibid.

Espero les haya agradado mi estudio, ya sea algo pequeño o grande, como ustedes lo observen, espero verlos proximamente dentro de este su espacio, seguimos en contacto.

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